Friday, May 5, 2023

CREA UN ENTORNO QUE TE FAVOREZCA

 “El cuerpo es lo que el cuerpo es alimentado. Del mismo modo, la mente es lo que la mente es alimentada”. - La Magia de Pensar en Grande

En efecto, el alimento de la mente es nuestro entorno. Éste influye en nuestro pensamiento consciente y subconsciente. El entorno nos moldea y nos hace pensar como lo hacemos. De esta manera, somos productos de nuestro entorno. Nuestra forma de caminar, de hablar, de opinar; nuestras preferencias musicales, literarias, de entretenimiento y de vestimenta se derivan en gran medida del entorno. Además, nuestros pensamientos, metas, actitudes y personalidad están moldeados por el mismo.

Si las personas de nuestro entorno nos bombardean con frases como “Tus ideas son tontas”, “Jamás lo conseguirás”, “Eres demasiado viejo para aquello” o “No sabes cómo hacerlo”, es muy probable que acabemos renunciando a nuestros sueños.

Desarrolla una defensa contra las personas que quieren convencerte de que no puedes triunfar, porque sus opiniones son venenosas. Acepta los consejos negativos sólo como un reto para demostrar que sí es posible lograr tus sueños.

El primer obstáculo en el camino al éxito es el sentimiento de que una mayor realización está lejos de ser alcanzada.

No dejes que la gente de pensamiento negativo destruya tus planes. Los negativos están por todas partes y parece que les encanta sabotear el progreso positivo de los demás.

Reflexiona sobre el grupo al que pertenecen cuando oigas sus comentarios. Usualmente, las personas se clasifican en las siguientes categorías:

Aquellos que desistieron de sus sueños por completo. Están totalmente convencidos de que no van a conseguir nada en la vida. Que el verdadero éxito es únicamente para las personas especiales o suertudas. Es fácil reconocerlas porque hacen todo lo posible por racionalizar su situación y explicar lo ‘satisfechas’ que son realmente.

Aquellos que desistieron parcialmente. A pesar de todos sus logros y preparación para el suceso, estos desisten de sus sueños porque piensan que no vale la pena más esfuerzo del que ya hicieron. Su racionamiento es, “Estamos ganando mucho mejor que otros, ¿por qué voy a esforzarme más?”

De hecho, estas personas han desarrollado muchos temores; temor a fracasar, temor a la desaprobación social, temor a la inseguridad, temor a perder lo que tienen. Temor a levantarse y continuar luchando.

Aquellos que nunca se rinden. Este pequeño grupo no permite que el pesimismo los distraiga, no creen en fuerzas supresoras y no se dan por vencidos. Ellos viven y respiran éxito. Miran adelante a cada nuevo día.

La verdad, a muchos nos gustaría estar en el tercer grupo, el que hace cosas y consigue los resultados que desea. “Sin embargo, para entrar – y permanecer – en este grupo, debemos luchar contra las influencias supresoras de nuestro entorno”.


Fariddy Yunis


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